Periodismo a Sacco

21 de diciembre de 2008

Caras, caras, caras, necesito caras de la gente. Sus historias, sus caras…» repite una y otra vez el periodista Joe Sacco, que en vez de convertir sus vivencias en una novela o en un reportaje periodístico se ha decidido a escribir un cómic. Y a dibujarlo, claro.

Para conseguirlo aplica el viejo método del buen periodista y, quizá sin saberlo, sigue al pie de la letra –y también del dibujo–, la gran reflexión de Ryszard Kapuscinsky (el viejo periodista polaco considerado hoy en día el mejor corresponsal de la historia): «No entiendo ni a los enviados especiales y mucho menos a sus jefes. Llegan a la zona del conflicto, y cuando termina la guerra, se van… Justo cuando empiezan a pasar las cosas y empiezan a aparecer las verdaderas historias de la guerra».


Dicho y hecho. Joe Sacco se toma su tiempo y se va a las zonas en conflicto –Gaza primero (1991-92) y Gorazde después (1995-96)–. Tranquilamente, pese a la tensión de cada conflicto, se pasea, ve y mira, escucha y recoge, fotografía y dibuja… va creando la historia desde, precisamente, la historia de cada día, de cada lugar y de cada persona.

Apenas opina. Deja que las caras y las historias –en toda su crudeza– se conviertan en las protagonistas.

Lógicamente, el cómic-periodismo de Joe Sacco es todo lo políticamente incorrecto que se puede ser. ¿Por qué? Porque es independiente. No depende de ningún jefe. Y eso le permite escribir y dibujar lo que quiere, que es precisamente lo que ve que pasa.

Sacco es un halcón maltés –nació precisamente en esta isla del Mediterráneo–, aunque puede considerarse de educación estadounidense. No en vano se licenció en Periodismo en la Universidad de Oregón (en su obra Palestina presume de tener un profundo acento neoyorquino, lo que entre la soldadesca israelí le abre muchas puertas).

En Palestina refleja a través de su trazo vigoroso en blanco y negro –heredero según los críticos y mi experiencia del temible Robert Crumb– la infamia que el ejército israelí aplica sobre la población palestina.

Retrata con toda la crudeza las torturas –sí, sí, torturas– que les aplican. Y las historias de detenciones al anochecer. Las palizas y disparos.

De alguna manera, sirve para darte cuenta de que en Palestina todo el mundo tiene un familiar asesinado por los israelíes. Y que conste que el que esto suscribe no es precisamente pro-palestino, sino pro-paz para todos.

Y Gorazde. Te hiela. No sólo porque en los Balcanes invernales te mueres de frío. Hablo del alma, de la sangre, del corazón que se para ante la tristeza y olvido que una guerra injusta deparó a la población de esta localidad.

Joe Sacco ha ganado innumerables premios con sus dos historias. Premios de los buenos, de los que otorgan reconocimiento mundial.

Pero ha logrado algo quizá más importante: convertir el cómic en periodismo del bueno y orear las historias de unas poblaciones dolientes a las que la guerra les ha costado muy cara.

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Joe Sacco y Palestina en Guía del Cómic
Joe Sacco y Gorazde en El Archivo de Nessus
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PD. Publicado el 10 de mayo de 2002 en el diario Ideal de Granada

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