Juanjo Ibáñez & Bomarzo: Carta al Acólito Turiferario

9 de diciembre de 2010

Semana Santa de 2007. Salón de Plenos del Ayuntamiento de Granada, con el retrato de Su Majestad Don Juan Carlos. Juanjo Ibáñez, que lleva unos meses en Ideal como jefe de Informativos de TeleIdeal (nuestra tele local, ya desaparecida).

Está en una maratón de las suyas. Tiene ante sí la responsabilidad de retransmitir en directo la Semana Santa de Granada para la tele y también vía streaming por Ideal.es. Todo esto, ya os digo, hace más de tres años.
Adelantadillos que éramos...

Fue un éxito arrollador. Juanjo venía de la SER y es un comunicador nato. Micro en mano, se come siete días de pasos y procesiones sin que le tiemble el pulso y encima la gente sale encantada.

Personalmente, a mí que la Semana santa me pinta igual que los toros o el Madrid, me fascinó -y me fascina-, el hecho comunicativo de estas festividades. Y flipé con Juanjo, con su autoridad, su conocimiento, su capacidad de comunicar.


Con este talento detrás de su cara de niñato me fue fácil congeniar con un tipo que, a priori, nada tiene que ver conmigo y nada tiene para que me caiga bien: Le gusta la Semana Santa, viene de otro grupo de comunicación, escribía opinión (sí sí, o-pi-nión ¡Puagh!) en el diario de la competencia, le gustaba la Semana Santa a raudales y para terminar de joderla era del Madrid.

Respecto a su actitud, era diametralmente a este quien les escribe. El típico novio perfecto para tu hija, atildado y comedido, sonrisa en mano y sin una voz más alta que otra. Yo, en cambio, no le caigo bien a nadie ya por aquí dado mi carácter y furibundo mal genio. Y además, so y un pirata.


Ya te digo.


El caso es que juntos hicimos cosas que ahora que las recuerdo me parecen increíbles. Lográbamos coberturas multimedia que incluían textos y vídeos. Algunas,
de calado nacional, rudimentarias, pero completamente multimedias.

Luego, Juanjo apostó.

Y perdió.

Durante largos meses deambuló por una ciudad que no era la suya embutido en una vida que ni era tampoco la suya y que tampoco merecía, porque nadie se merece perderlo todo a la vez.
Aquella aventura acabó en naufragio y parecía un Titanic donde el hielo eran lágrimas.

Pero un tipo como Juanjo sabe reinventarse y la vida te tiene preparada una buena para que acabes de morder el polvo.
Así fue.

Después del Titanic vino el engaño más sangriento que uno pueda imaginar que acabó con Juanjo, directamente, en plan game over.
Entonces, y solo entonces, abajito del tó, salió lo mejor de este tipo. Como si Bomarzo fuera Superman y Juanjo Ibáñez Clark Kent, empezó a bloguear para los mejores, entrevistó a los que nadie entrevista y además el primero, y entonces encontró un curro como a la medida. Y volvió a sonreir.

Y con él,
todos nosotros.

En el camino, el perla del Bomarzo ha mutado el blog como él mismo una, dos y hasta tres veces.


Y ahora está en su sitio, con el mismo talento con el que yo le conocí y fotografié encima de la mesa de Plenos del Ayuntamiento de Granada bajo la atenta mirada del retrato de Juan Carlos I; con una experiencia de un par de años en la Multimedia líder de Andalucía, Ideal; la piel un poco más dura para protegerse de las dentelladas; un amplio conocimiento de las distintas formas de vida que pululan alrededor de nosotros; una experiencia de buscavidas que le hace aún más valioso si cabe; una determinante convicción por todo lo que sea 2.0, que maneja y que le ha servido para sobrevivir y que, en consecuencia, domina como nadie porque lo entiende como el Lazarillo de Tormes sabe lo que es el hambre. Y su sonrisa.

Esa sonrisa que yo pensé que nos separaba y que simplemente nos une ;-)

Felicidades por
el cuarto aniversario de El Jardín de Bomarzo.


PD. Lo de Carta al Acólito Turiferario (el monaguillo del incienso) es por el blog que se abrió para la Semana Santa y por las cartas que le escribí.

PS: El pantallazo es el del primer post de su blog.

5 comentarios:

Bori dijo...

Muy, muy, muy grande el post Barrera, vosotros dos sois unos genios y no me cansaré de decirlo, unos referentes. Puede que nunca lleguéis a ser, a ojos del gran público, como Kapuscinski, pero para mi sois lo que me gustaría ser en el periodismo.

Gracias por todo lo que hacéis...

el loro dijo...

Muchos granadinos nos íbamos de procesiones todos los años con los cascos y la radio puestos oyendo al Acólito. Pero la semana santa de 2008 renunciamos a la calle, al incienso, a la ciudad de Granada y a nuestra semana santa porque nos quedamos pegados a internet. Porque de repente el Acólito nos descubrió que podíamos hablarle, que nos escuchaba, nos contestaba y todo lo que era el mundo 2.0. Ojalá vuelva a Granada.

elloro

Paco Torres dijo...

Un post mágico. A la altura del escribiente y el escribido ;-)

Paco Torres dijo...

Un post mágico. A la altura del escribiente y del escribido.

Alberto Granados dijo...

Magnífico post para una magnífica persona.
Saludos,

Rigoletto

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