Moebius vuelve a sus estrellas

10 de marzo de 2012

Moebius

Tenía un toque divino que se hizo hombre con el Teniente Blueberry. Moebius se llamaba Jean Giraud y descendió a la Tierra por dos motivos.


El primero fue iluminarnos y convertir las nuevas artes del siglo XX en artes. Precisamente.


El diseño, la ilustración, el cine, el cómic, las nuevas narrativas, la Ciencia Ficción, la Imaginación maduraron a lo largo del siglo viejo y explotaron al llegar a las manos de este genio que bajó de sus estrellas para volver a ellas tras haber pasado por la vida como cualquiera de los personajes que imaginó.


Personalmente, crecí con Moebius y sus historias. Con las míticas revistas Totem, Creepy, Blue Jeans, Boomerang, 1984 (luego Zona 84), Comix Internacional y, por supuesto, los Humanoides Asociados y su Metal Hurlant.


Allí vivíamos tan campantes John Difool, los diversos y coloridos incales, el Metabarón y, por supuesto, Arzach y el Mayor Fatal. Nunca entendí muy bien estos últimos, me sentí mucho más comodo  con la saga del Incal, pero cuando uno cuenta menos de 15 años y tiene entre las manos El Garaje Hermético las conexiones que le producen dentro del cerebro le duran toda la vida y le preparan para ciertos viajes galácticos que le harán ya diferente para siempre en su manera de aprehender, conocer y compartir.


Todo esto lo hizo Moebius. Y cuando se hizo hombre fue el Teniente Blueberry. Y cuando se hizo mujer fue Chihuahua Pearl. Entonces firmaba Gir, abreviatura de su verdadero nombre, Jean Giraud. Su trazo, su forma de contar, las tramas, la tensión... son magistrales. Pero sobre todas las cosas brilla la creación de un arquetipo único, universal.


Si don Miguel de Cevantes crea a don Quijote y a Sancho Panza. Si Shakespeare crea el amor trágico de Romeo y Julieta, Jean Giraud crea el estereotipo del perdedor, una figura que se consolida a lo largo de la novela negra y, precisamente, de la ciencia ficción. El perdedor, un tipo con valores a quien la defensa de ellos le lleva de forma persistente a la derrota. Pero no por eso cambia. En el fondo, es el rebelde revestido de modernidad planetaria.


Con esto, termino.
Jean Giraud-Moebius pasa por esta vida y lleva a la categoría de arte lo que en el siglo XX nacieron como tendencias. Desde el cómic hasta el cine, pasando por la ilustración o el diseño. Revoluciona la forma de contar historias en todos los formatos posibles, con lo que se adelanta a la potencia de internet como megamedio de comunicación. Y crea un tipo universal, la figura del perdedor, que se incorpora a las grandes genialidades creativas de las artes mayores, junto al seductor, el héroe o el tirano.


Esto ha sido todo y ha sido mucho.
Muchos le lloramos hoy.
Pero el sitio de Moebius está con sus estrellas.


MÁS INFORMACIÓNBuenas noches Moebius, en Jot Down
Moebius según Enki Bilal, en la portada de Libération


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