Una pequeña historia que me reconcilia con el Periodismo

8 de mayo de 2012

Limpiabotas 


A veces y solo a veces la suerte te pilla trabajando como a Picasso la inspiración le pillaba pintando. 


Algo parecido sucedió ayer cuando persiguiendo un tema que llevamos mucho tiempo queriendo hacer, uno de esos de datos segmentados y de análisis para hacer una buena radiografía de la provincia, una voz al otro lado del teléfono pronunció las palabras mágicas para un reportero de calle: "sorteo, empleo, parados" y yo de inmediato añadí en mi cabeza: "temazo, temazo y temazo", a lo que mi editor, Quico Chirino, de inmediato añadió: "Para el día, para el día, para el día", y una frase que me reconcilia con el Peridismo y con el esfuerzo: "El Periodismo consiste en contar historias que sin la intervención del periodista pasarían desapercibidas". 


Lo mejor de todo, es que pese a todos los ingredientes susceptibles de convertir este hecho en algo noticioso, lo mejor quedaba para el final. 


No solo hablamos de un barrio, La Paz, en la Zona Norte de Granada, con un paro estimado del 70%, sino que hablamos de un barrio que a principios de febrero se amotinó y boicoteó las obras de arreglo de sus calles "porque no hay gente de la nuestra trabajando". Han presionado al Ayuntamiento y han conseguido que empiecen a escucharles.


Más. Han logrado crear un empleo y o han sorteado entre 400 parados registrados en la asociación de La Paz. 


Fijaros, es como cuando lo de Berlanga, lo de Mr. Marshall, lo de sentar en Navidad un pobre en la mesa, lo de Celtiberia del gran Luis Carandell. No es ya sortear un dinero, un premio, una quiniela, una lotería, unos iguales, una bonoloto. Es sortear un trabajo para ganar un sueldo. 


El premio, lo que yo llamo el premio periodístico, esa frase, ese detalle, ese matiz, esa perspectiva que termina por dar sentido al reportaje, a la vivencia, a la historia, me llegó justo al final. 


Prácticamente, arrancando las motos para irnos zumbando a la Redacción con la noticia calentita: "Qué bien", me dijo el afortunado, José Miguel Márquez Heredia. "Ahora y ano tengo que ir con el cajón del betún limpiando zapatos por la Alhambra...". 


Un escalofrío me recorrió el cuerpo de arriba abajo. El Dios del Periodismo tiene estas cosas cuando cumples con sus Mandamientos y sales a la calle y hablas con la gente.
    



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La versión web en Ideal.es con foto y vídeo.


PD
Nótese la excelencia del trabajo audiovisual de mi compañero, Alfredo Aguilar.


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