La carga de los Mamelucos en la Puerta del Sol. El Dos de Mayo de Goya. Son soldados del Imperio francés. Egipcios. El propio Arturo Pérez-Reverte destaca que su jefe, Mustafá, en la batalla de Austerlitz casi alcanza al Gran Duque de Rusia.
Solemos bromear con que siempre hay alguien de Guadix sea lo que aconteciere, fuera lo que fuese.
Que si Frank Sinatra murió el día de San Torcuato, Patrón de Guadix.
Que sí hay un tsunami y aparece como testigo y superviviente un pintor accitano.
Que si hay una matanza en una Universidad de Estados Unidos y, por supuesto, hay un estudiante de Guadix....
Bien, pues el 2 de mayo de 1808 tampoco se libra de esta furia accitana.
Por lo menos, en la novela "Un día de cólera", de Arturo Pérez-Reverte.
Estamos en la página 351, de las casi 400 de la novela.
Muertos ya Daoiz y Velarde y compañía, tras el día de cólera llega el día de venganza de los franceses, crueles e inmisericordes. De ahí que puedan ser un imperio, de ahí que así les fue.
Llegan los fusilamientos del 3 de mayo.
Llegan los epílogos y las recapitulaciones.
Llegan los memorándums y las reflexiones que colocarán a cada cual en su lugar en la Historia.
Un ejemplo.
Copio.
"Media hora más tarde, en su despacho de la Junta Superior de Artillería y apenas informado de la muerte de Luis Daoiz, el coronel Navarro Falcón dicta a un amanuense el parte justificativo que dirige al capitán general de Madrid, para que éste lo haga llegar a la Junta de Gobierno y a las autoridades militares francesas: Estoy bien persuadido, Sr. Excmo., de que lejos de contribuir ninguno de los oficiales de Cuerpo al hecho ocurrido, ha sido para todos un motivo del mayor disgusto el que el alucinamiento y preocupación particular de los capitanes D. Pedro Velarde y D. Luis Daoiz sea capaz de hacer formar un equivocado concepto ttrascendental de todos los demás oficiales, que no han tenido siquiera la más mínima idea de que aquéllos pudieran obrar contra lo constantemente prevenido".
"El tono de ese oficio contarsta con otros que el mismo jefe superior de Artillería de Madrid escribirá en los días siguientes, a medida que vayan sucediéndose acontecimientos en la capital y en el resto de España. El útimo de tales documentos, firmado por Navarro Falcón en Sevilla en abril de 1814, terminada la guerra, concluirá con estas palabras: "El 2 de mayo de 1808 los referidos héroes Daoiz y Velarde adquirieron la gloria que inmortalizará sus nombres y ha dado tanto honor a sus familias y a la nación entera".
Sin comentarios, si el maestro Pérez Reverte no los hace, yo, tampoco.
Pasemos ahora a Guadix.
Escribe Arturo Pérez Reverte en la página 385: "Pero entre todas las cartas y documentos escritos por las autoridades eclesiásticas en torno a los sucesos de Madrid, la paastoral de don Marcos Caballero, obispo de Guadix, será la más elocuente. En ella, tras aprobar el castigo "justamente merecido por los desobedientes y revoltosos", Su Ilustrísima previene: "Tan detestable y y pernicioso ejemplo no debe repetirse en España. No permita Dios que el horrible caos de la confusión y el desorden vuelva a manifestarse ... La recta razón conoce y ve muy a las claras la horrenda y monstruosa deformidad del tumulto, sedición o alboroto del ciego y necio vulgo".
Pues eso.
Tan solo un apunte más.
Un disparo a quemarropa del compay Ignacio Escolar:
Ene 05
Dos del dos de mayo
Los madrileños de hace doscientos años nos han dejado un ejemplo de heroísmo, de valentía y de patriotismo que queremos tener siempre presente. […] que ese ejemplo sea conocido y admirado por todos los madrileños y especialmente por los más jóvenes.
Yo no sé qué hubiera hecho. De joven, como todos, pensaba que hubiera salido a luchar. Ahora, con la lucidez de los años, no soy capaz de decirlo. Depende de cómo hubiera ido todo, de las circunstancias que me hubiera tocado vivir. En principio, salir a la calle para qué, ¿para defender a esos curas, a esa nobleza inculta, a esos Borbones corruptos? Que salga su puta madre. Pero si veo a ese francés matando a mis vecinos, fusilando, ejecutando. ¿O si una bala perdida alcanza a un familiar en casa? Mucha gente sale por venganza, por rabia, por rencor o por el qué dirán. Qué tragedia, insisto, ese día para los lúcidos, para la razón, para Moratín, para Goya, para la gente culta.
Arturo Pérez-Reverte (la negrita es mía)
Al final, la pregunta que subyace es la siguiente: ¿Qué hubieras hecho tú el 2 de mayo de 1808? ¿Quedarte en tu casa o salir a matar gabachos a navajazos?
Para profundizar:
El 2 de mayo, de Goya.
El 2 de mayo frenó la Modernidad.
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