La Vieja Redacción de IDEAL: Antonio Espina, In Memoriam

7 de noviembre de 2022

 



A veces cuesta mucho despedirse. Probablemente porque de Antonio Espina no me apetece despedirme, aunque se haya ido de este mundo destemplándonos a todos los que le conocimos. Lo tenía perdido de vista, como a tantos, pero ha sido suficiente una llamada con la noticia de su fallecimiento para dejarnos a muchos congelados. Antonio Espina era el periodista de nuestra generación criado en los bares, en las calles y en la cancha. Luego llegaba a la Redacción y ahí lo dejaba todo para hacer lo que sabía.

En los bares lo recuerdo trasegando tubos por el gaznate a todo trapo. Siempre fumaba rubio americano y era de los pocos-pocos que siempre te daba un pitillo en cerocoma si se lo pedías. Y, además, con una sonrisa. Espina era generoso.

En las calles era el puto rey. Alto, elegante, siempre bien vestido, las manejaba de forma maravillosa, con habilidad y entereza. Era parte de su medio natural.

En la cancha era el alma de nuestro equipo. Dotado de una técnica formidable, cerraba atrás como pocos y nos lanzaba al ataque al adelantarse a las jugadas de los rivales. Por arriba de cabeza, por abajo con las piernas, al choque con el cuerpo, te sabías seguro cuando jugaba Espina.

En la Redacción, cuando aquella Redacción de IDEAL era un universo en sí misma, sabía ser protagonista cuando tocaba y es al único que recuerdo que consiguió devolver una broma al trío formado por Rafael García Manzano, Willy Soria y Piñero.

Resulta que Espina venía en moto. Rafa, Willy y Piñero, día tras día, le escondían el casco, con lo que Espina no podía salir del periódico. No se lo daban hasta que Antonio Espina porfiaba, se cagaba en las muelas de todos los dioses, una hora después, o cuando ya le tenían bien calentados los c o j o n e s, decidían devolvérselo. Hasta que un día, va el Antonio Espina y cuando le esconden el casco, va y está al quite y lo cambia de sitio. Así que cuando, una vez más, Antonio Espina fue a buscar el casco y no estaba, el trío compuesto por Manzano, Soria y Piñero se volvió a espollar de la risa.

Pero esta vez, Antonio Espina elevó sus quejas. Argumentó que tenía un compromiso ineludible y que ya no tenía gracia. Entonces, compadecidos, Manzano, Soria y Piñero fueron al armario donde tenían escondido el casco para devolvérselo... pero no estaba, porque el propio Espina lo había sacado de ahí. Cuando estos se sorprendieron y Espina vio que habían picado, empezó a gritar por todos los diablos y se cagó en todos los muertos del mundo. Manzano, Soria y Piñero estaban desesperados buscando el casco por toda la Redacción y preguntando a todo el mundo mientras Espina seguía a grito pelao.

Al final, Espina sacó el caso de donde lo había re-escondido, se fue para los tres y les dijo, "que ahí os quedáis y que no me volváis a tocar ni el casco ni los cojones".

Lo bueno de la Redacción es que todos nos empezamos a morir de la risa, Manzano, Soria y Piñero los primeros.
Te echamos de menos, Antonio Espina

ALINEACIÓN:
(Arriba) Justo, Espina, Velasco, Fuentenebro, Cárdenas, el entrenador (Abajo) Víctor, Barrera, Jesusmari, Adrián

100 años de Pier Paolo Pasolini: La poesía no se consume

5 de noviembre de 2022

 

"Aquí viene: Pequeño, frágil, consumido por sus miles de deseos, por sus miles de desilusiones y amarguras, y vestido como un chaval recién salido del college. Ya sabes, esos tipos esbeltos, deportistas, que juegan al béisbol y hacen el amor en el coche. Jersey Avellana, con el bolsillo de cuero a la altura del corazón, pantalones de pana avellana, un poco ajustados, zapatos de ganuza con suela de goma. En realidad, no aparenta los 44 años que tiene. Para encontrar los 44 años, será necesario que se acerque a la ventana y que la luz se abata. despiadada, sobre el rostro, y le abofetee los ojos lúcidos, dolorosos, las mejillas secas, descarnadas, la piel tersa en los pómulos que le delinean el cráneo; será por el cansancio, supongo. Cuando llega la noche, rehúye ls invitaciones y acude, solo, a las calles más oscuras de Harlem, de Greenwich Village, de Brooklyn, o al puerto, a los bares en los que no entra ni la policía. Busca el Estados Unidos sucio, infeliz, violento, que concuerda con los problemas que tiene, con sus gustos, y vuelve al alba al hotel en Manhattan: párpados hinchados y el cuerpo dolorido por la sorpresa de estar vivo (...)".

El texto lo firma la gran periodista italiana Oriana Fallaci, en un librito titulado 'La poesía no se consume', que reúne dos entrevistas-conversaciones, curioso matiz lo de tildar a la entrevista como conversación, como dándole más altura o nobleza, que la tiene. La segunda, la de la Fallaci, se titula: 'Un marxista en Nueva York'. Y destaco esta entradilla que es un perfil pluscuamperfecto en belleza, elección de adjetivos y concordancia de la narración con la historia interior del personaje.

Respecto a la primera entrevista, 'Pasolini sobre Pasolini' de Giuseppe Cardillo, habrá que subir el nivel. Se manejan conceptos que definen y nutren el cine, la poesía, la política, la existencia, Dios. Prepárate.

-"La realidad es un plano secuencia infinito. Desde el momento en que nacemos hasta el momento en que morimos, pasa ante nosotros un plano secuencia infinito". De aquí, lo importante en el cine para PPP (Pier Paolo Pasolini) es el montaje, ya que le permite establecer un símil con la muerte. Veamos. "Nosotros sabremos lo que habrá significado nuestra muerte solo cuando hayamos muerto". ¿No me sigues? ¡Ja! Por eso en su ensayo PPP lo explica con una dicotomía: "O ser inmortales y no expresarse o ser mortales y expresarse".



¿La poesía sigue siendo un arma cargada de futuro? 
Desde luego, lo fue para PPP. "En primer lugar, me hizo ser antifascista. La lectura de Rimbaud y de la poesía simbolista y decadentista hizo que, no solo mecánicamente, sino automáticamente, tomase conciencia de que era antifascista, así que diría que tuvo una función positiva en mí".

-Sobre la importancia de leer. Esta respuesta de PPP me ha gustado de mis tiempos ávidos de vida y lecturas, de clásicos y contracultura, de cómics y novedades. Quiero decir, lo que leías en el cole y lo que estaba en la biblioteca en casa, o en casa del abuelo Juan Larzabal, que luego completabas por ahí, y es justo lo que describe PPP: "Lo que se aprende en el colegio se queda grabado en la memoria y nunca se olvida. Sin embargo, hay también una cultura que me he creado de manera independiente, fuera de la escuela, de Rimbaud a los surrealistas, pasando por Machado, y luego, llamémoslo así, las lecturas ideológico-políticas, que fueron llegando más tarde". En suma, un proceso educativo maravilloso. Lo conocido que hay que leer, lo que encuentras y descubres, lo que te forma en política ahora, que está tan vacía por desprestigiada.

También se habla de Dios que no de religión. Este apartado será interesante para muchos, donde queriendo creer y creyendo, descubren el concepto de la inmanencia frente a la trascendencia. Y aunque al principio respiras, luego todo te da vueltas de nuevo. "Mi religión es una forma de inmanentismo. Pero, visto que yo no creo en un Dios trascendente, la realidad misma es Dios".



* En el vídeo, la película Teorema

Aparece, la entrevista es de 1969, el concepto cultura de masas como sesgo negativo. ¡Cuidado! Discuten sobre el concepto de burguesía dentro de un comunista como PPP. Le pregunta, está en Estados Unidos, sobre su percepción de la burguesía, la clase obrera, la conciencia de clase y PPP se da cuenta que, probablemente, todo ha terminado ya. 

-"La burguesía que yo he descrito en 'Teorema' es la verdadera burguesía del mundo industrial, es decir, una burguesía completamente alienada que vive a un nivel codificado, cuyos ideales son los ideales del bienestar con residuos de clericalismo o nacionalismo que ya han dejado de tener importancia. Así es la burguesía".

-Pero el autor de la entrevista, Giuseppe Cardillo, le repregunta. ¡Qué grande es en Periodismo mirar a los ojos tras escuchar y repreguntar! "Pero la burguesía europea, la burguesía en general y la burguesía norteamericana, o sea, la parte más avanzada del mundo capitalista, ya no es esa. Es una burguesía inteligente, ilustrada".

-Acorralado, PPP responde y pone sobre la mesa un concepto incipiente que ha terminado en la actual aldea global, avanzada ya por Marshall McLuhan: "Identifica los logros positivos de la burguesía liberal ilustrada y progresista con la aplicación de sus viejos ideales humanistas y progresistas, valores que la burguesía ya no siente". Y ahora es cuando PPP brilla, se esté o no de acuerdo con él. "La razón es una cultura tecnológica, una cultura de masas, donde todo lo que dice adquiere un significado históricamente diferente".

PPP se da perfecta cuenta de lo que puede ser una hermenútica de masas, completamente descontrolada, ingobernable. Pero al mismo tiempo, sabe que quien la controle dominará el mundo de las ideas. Mucho de eso ya lo sabemos a ciencia cierta hoy en día. "La literatura en Italia, como ya ocurre en los estados más avanzados, empieza a estar amenazada por la industria cultural, por la mercantilización. El cine ya está muy amenazado por esta situación. De hecho, ver la tragedia de 'Teorema' para mí representa una angustia continua, pues era una película nacida para ser cine de ensayo, de élite, etcétera, pero que fue lanzada a la masa, que luego la interpreta, la transforma de una manera que me desmoraliza, que, en fin, me angustia".

Por esta razón, probablemente, Umberto Eco escribiría: "A pesar de que los textos pueden tener una infinidad de interpretaciones, no todas son buenas y que, aunque no podemos saber cuáles son mejores, sí podemos saber cuáles son inaceptables".



Queda su concepto de poesía, el que nos has atraído cien años después de su nacimiento hasta él. Soberbio, corrosivo, poético, metapoesía, salvaguarda homérica, elitista y soberbio, solo para elegidos, pero te aguantas y lo disfrutamos. También. "Yo sé que la poesía es inconsumible, y sé bien que es retórico decir que los libros de poesía también son productos de consumo, porque, por el contrario, la poesía no se consume. Dicen que el sistema se lo come todo, que lo asimila todo. No es cierto, hay cosas que el sistema no puede asimilar, no puede digerir. Una de ellas, por ejemplo, es precisamente la poesía: en mi opinión, es inconsumible. Uno puede leer miles de veces un libro de poemas y no consumirlo. La consumición la sufre el libro y la edición, pero no la poesía".

Y es entonces cuando vuelves a respirar.

MÁS INFORMACIÓN
-Pier Paolo Pasolini contra la modernidad, articulazo en El Viejo Topo
-El Pasolini de Toffolo (cómic)
-El cine de Pasolini, escrito por un argentino
-La actualidad del pensamiento de Pasolini
-Pier Paolo Pasolini, Elogio de la herejía




 





UA-2404442-2