Diario SUR. Doble apertura: Los riesgos del puenting

15 de diciembre de 2010




Ayer fue un gran día. Málaga, Mediterráneo, Azul, como el color del mar. Me fui con Juan Cano a buscar a Antonio, un tipo que vive debajo del puente del arroyo Jaboneros, una rambla que separa quizá los dos mejores barrios de la ciudad: Pedregalejo y El Palo.


Empieza así: "Dicen que uno es de donde pasó la infancia. Donde fue feliz cuando niño. Antonio Díaz, de 67 años, se ha pasado toda una vida de 'currela' en Madrid. Ahora, en la jubilación, sin dinero ni techo donde cobijarse, ha mirado dentro. Ha encontrado Jaén, donde nació, y la playa de Las Acacias, en Málaga, donde su padre lo llevaba cuando era niño. Se ha vuelto al sur y bajo el puente del arroyo Jaboneros, se ha disfrazado de 'okupa' y se ha construido un «pequeño chalecito» de tres habitaciones" (Continúa leyendo).

Entre bromas, a lo largo de la jornada vespertina en la Redacción, se nos ocurrieron otros titulares, entre ellos, paridas como ‘El puente sobre el río Guay’ o, dado que la rambla se anega convenientemente cada cuando le da y se lleva por delante lo que pilla, y que además, bajo el puente; es decir, sobre el ‘tejado’ de la vivienda que se ha construido Antonio va una enorme tubería de gas ciudad; nos inclinamos más por titular ‘Los riesgos del puenting’, lo que, con el cachondeo cínico que nos sirve de coraza para enjuagar nuestros verdaderos sentimientos, prometimos dejar para escribir este mismo post.

Dos apuntes. Juan Cano es de lo mejor que me he cruzado en mis veintipicos años de oficio. Y dos. Si no fuera por Rossel Aparicio, nada de tod esto hubiera sido posible, por su confianza, empuje y disponibilidad. Rossel, Gracias. Un placer reencontrarnos nueve años después.


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