La frase es de Mercedes: "Lo grande de Morente era esa inmensa libertad artística que finalmente seducía a todos. De huella".
Pongo, al vuelo, tres ejemplos recientes.
Primero. Una fotografía de Pepe Villoslada, amigo mío, y el fotografo sobre quien recayó la inmensa responsabilidad de entrar en el Teatro Isabel La Católica de Granada, donde se despidió a Enrique Morente. Solo se permitió el acceso de un fotógrafo que luego serviría las fotografáis a todos los medios. Fue Pepe. La serie de fotografías la puedes ver aquí, en Ideal.es. Pero quiero destacar esta fotografía, que ilustra a todo color la página 2 completa de la edición de hoy del diario IDEAL de Granada.
Segundo. Comparto el comentario que en Facebook ha escrito Rocío Mendoza. Y amplío. Que Inés Gallastegui haya titulado 'Despedida en chupa y en visón' la crónica de los granadinos de a pie despidiendo a Morente en las calles de su ciudad es un destello de talento a borbotones, al igual que todo el que se lee en la crónica que menciona Rocío Mendoza y que refiere a Ángeles Peñalver. Dos crónicas periodísticas de esas que hay que recortar y guardar para leer de vez en cuando, para romper a llorar de pena o dejarse seducir por la magia de las palabras encadenadas que cuentan la historia, porque construyen imágenes y explican lo que pasó y por qué pasó. Periodismo.
Tercero. Mi sobrina, Lara Misó Peinado, simplemente, baila a Morente. Por favor, regalaros unos minutos, dejar lo que estéis haciendo, y degustar esta pequeña pieza de arte. Merece la pena.
La huella de Enrique Morente es inmensa. No acaba sino de comenzar.
Morente es arte
16 de diciembre de 2010
Publicado por PeriodismoalPilPil en 4:21 p. m.
Etiquetas: Enrique Morente, Periodismo
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