Elecciones en Andalucía: Nada que celebrar

26 de marzo de 2012

El resultado de las elecciones autonómicas en Andalucía celebradas ayer domingo 25 de marzo, en la que todos los partidos políticos parece que han ganado, no deja nada que celebrar a los ciudadanos. (Información)


Portada Ideal Granada 25M


Lo tengo escrito en la edición impresa del diario Ideal: "Me mandaron a un funeral y resulta que era un bautizo". Cuando ayer por la tarde entré en la sede del PSOE de Granada todo estaba perdido. Ni una sola encuesta les había sido en el último año favorable. La participación, demoledoramente baja, se interpretaba como la puntilla "porque en el PP todos votan".



Pero surgió el destello de magia, el milagro que todos allá esperaban y el PP ‘ganoperdió’, que es lo que se pretendía.  El jaleo que se montó sí que fue histórico. En su valoración, el PSOE de Granada sostuvo que "hemos hecho una buena campaña y que el ciudadano así lo ha percibido, con propuestas claras y concretas y con recetas para salir de la crisis sin perder ningún andaluz por el camino".


Tonterías. El PSOE no ha ganado nada y no tiene nada que celebrar. El PP, al contrario, sí que ha ganado las elecciones pero tampoco tiene nada que celebrar. Izquierda Unida, el Guadiana político por antonomasia, duplica escaños pero tendrá que saber administrarlos para no volver a evaporarse porque, a la hora de administrar, son malos hasta decir basta. Nada que celebrar tampoco por este lado.


El ciudadano, el andaluz de a pie tampoco tiene nada que celebrar. Nos encontramos amaneciendo el siglo, y también el Milenio, y los cambios son tan profundos y estructurales que nos ha cogido a todos con el pie cambiado sin saber exactamente qué nos está pasando. Mucha culpa de todo esto la tiene el Gobierno de Zapatero, que negó la crisis como Pedro a Jesús.


Pero las recetas económicas de Rajoy tampoco tienen buenas pintas. Lleva tres avisos con manifestaciones en toda España, encara esta semana la primera huelga general y el viernes presenta los Presupuestos Generales del Estado, que ha mantenido ocultos en el cajón a la espera de una victoria de Arenas para gobernar la Junta de Andalucía que no se ha producido. 


Esta semana es crucial, pero en ella no hay absolutamente nada que celebrar.


A nivel nacional, los datos que leo son los siguientes. Un Partido Popular con una mayoría absoluta que sin embargo solo representa a poco más de un tercio del electorado español. No gobierna ni en Andalucía, ni en Catalunya ni en el País Vasco. En mi tierra, Euskadi, se da por descontada la derrota de Patxi López, pero será sustituido por nacionalistas. Esto quiere decir que el Partido Popular, en cuanto a poder autonómico, se abre una cicatriz porque no tiene poder sobre algo así como la mitad de la población y la mitad del PIB, que es lo que puede llegar a representar la suma de Andalucía, Cataluña y Euskadi.


¿Cuál es la traducción? Que mientras el PSOE de Rubalcaba se recompone y busca una candidatura para enfrentar a Rajoy dentro de cuatro años, mientras Euskadi y Catalunya irán a lo suyo, Andalucía será la auténtica oposición al Partido Popular de Rajoy, por lo que se auguran tiempos duros en los que el ciudadano no tendrá nada que celebrar.


Son tiempos de aguantar y apretar el culo. Y son tiempos en los que el PSOE, en Andalucía, tras el fiasco de su Congreso Federal, tiene que escuchar a un ciudadano que quiere dejar de ser gobernado por este PSOE pero que el PP de Arenas le asusta.


Andalucía y sus andaluces está por encima del PP y del PSOE, y este es el primer mensaje que los chicos de Griñán y de Arenas tienen que entender. Los andaluces se han quitado todos sus complejos en estas elecciones y han mostrado su madurez política. El que quiera escucharles sabrá que quieren cambio porque son demócratas y la alternancia política es buena prueba de ello.


Este viento de cambio en el electorado es el que se ha comprobado en las encuestas. Pero al mismo tiempo quiere ser gobernado. Y quiere conocer los planes del gobierno. Y el Partido Popular los está ocultando. Y les ha pasado factura.


Queda Javier Arenas y su PP, destrozado. La lección que tienen que aprender es que el electorado quiere el cambio pero quiere también que cambie un Partido Popular demasiado repeinado y obsoleto, sin chispa, frentista y revanchista. Un Partido Popular que asusta en modos y comportamientos y que no representa a un andaluz maduro y templado, que es audaz en el siglo XXI.


Queda un PSOE con cara de susto, cuya resaca electoral le lleva al sumun de la autocrítica con un "pa habernos matao". Les auguro el mayor de los fracasos si no hacen autocrítica, limpian la casa de mangones, corruptos, vagos, maleantes, falsos y gusanos.


Gana Andalucía, con sus andaluces, orgullosos, demócratas y rectores de su propio destino, que han marcado el paso a unos y a otros, griegos y romanos, fenicios y cartaginenses, árabes y cristianos, populares y socialistas.


Andalucía, Tierra de Libertad. Aquí mandamos nosotros.


PD. No hay que dejar de leer nunca a Rosa María Artal: ‘El PP se estrella  a tres meses de ostentar el poder absoluto


PS. A mi Sagra no le dejes un micro pasada la medianoche, que le da por karaokear. A mí me gusta más un atril que a una monja un citroen.


  Javier F. BarreraJavier F. Barrera



1 comentarios:

Unknown dijo...

No cambiaría ni una como, ni un punto... lo suscribo. Gracias

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