Cuando muere un periodista, la noticia la ponemos al final del artículo

18 de julio de 2013



Dicen los manuales de Periodismo que lo importante en una noticia debe decirse, locutarse, mostrarse, redactarse al principio, porque como se nos recuerda en la mítica película Primera Plana, "nadie llega al segundo párrafo", siquiera a la segunda línea, nadie lee ya periódicos, dicen, se mueren.

Pero como los periodistas somos como somos, cuando se muere uno de los nuestros, lo importante, lo que es noticia, lo que nos gusta, lo que tiene valor para nosotros, lo que sabemos que echaremos de menos, lo ponemos justo al revés. Al final del todo. Para que si te lo lees y llegas al final, sepas que sí, que ahí están las palabras secretas que solo nosotros comprendemos y que por eso eres uno de los nuestros.

En la muerte del periodista Alejandro Fernández Pombo, la costumbre secreta de honrar al amigo y leal compañero que se va, se ha cumplido a rajatabla.

-Titula Infolibre:Ha muerto Alejandro Fernández Pombo, maestro en el periodismo y en la vida’, y termina la crónica: "A Alejandro, ese maestro de periodistas, solo se le puede definir con las palabras de ese Antonio Machado que él tanto amó: Era un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno. ".

-Titula El País:Alejandro Fernández Pombo, más que un periodista’, y termina el obituario: "En cualquier caso era el mejor de todos nosotros. De nosotros, los periodistas, ciudadanos de una república difícil y propicia a toda alevosía".

-Titula El Mundo, en su edición impresa: ‘Un periodista con oficio’, y escribe, al final, Pedro G. Cuartango, un epitafio memorable, con dos sustantivos y sendos adjetivos: "Era un hombre honesto y un periodista con oficio".

Nada puede definir mejor una vida dedicada al Periodismo. Honestidad. Oficio. 

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