Me encanta esta ilustración de Kike de la Rubia para La Ciudad Escrita de Fernando Belzunce. He terminado este puente de leer la novela y estoy escribiendo ahora sobre ella.
Si esta novela fuera una mujer sería como Raskólnikov de Dostoyevski escuchando canciones de Queen. Viviría en la misma habitación que describió Boris Vian en La Espuma de los Días, de hecho, vive en ella.
Y también es expulsado. Al igual que en El Filo de la Navaja de W. Somerset Maugham , acabará de taxista o lo que sea en una gran ciudad pudiendo haber triunfado en lo que le gustaba muy de veras, Periodismo en este caso.
Como en Suave es la Noche de F. Scott Fitzgerald dejará perder su fulgor ante la combinada envidia e incomprensión de quienes le rodean, que son los que le quieren. El personaje me gusta, y como buen perdedor, será el autor el que lo tenga que salvar.
Entre las páginas, pintadas, grafittis, palabras escritas, frases como un sintagma escrito para una colección de supervivientes, perturbados, asesinos, inmigrantes, desheredados, bellos, camareros, vampiros en una atmósfera turbadora en la que pasan demasiadas interacciones insufladas por los acontecimientos.
Como un canto a la desesperación, no hay perdedores ni perdidos. Solo un tren que vuelve a salir, como cada vez, puntual de la estación.
La Ciudad Escrita: Raskólnikov en la habitación de Boris Vian
9 de diciembre de 2014
Publicado por PeriodismoalPilPil en 10:51 a. m.
Etiquetas: Fernando Belzunce, La Ciudad Escrita, Literatura, Mis amigos, Novela, Periodismo
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