José Enrique Cabrero, premio José Antonio Vidal-Quadras de La Buena Prensa

14 de abril de 2021


Naufrajeo se ponía siempre la mano como visera.

Nos parecía divertido, en esa Redacción que ya no exite donde los nuevos hacían un poco el gilipollas cuando realmente lo que hacían es Periodismo. Naufrajeo era su usuario en Twitter que, con el tiempo, cambió a JeCabrero.


Eran tiempos realmente convulsos, en los que unos se iban y otros llegaban Y aunque parecía que todo estaba escrito, realmente, estaba todo por escribir. Es lo que tiene el Periodismo, que o lo vives o estás muerto.


Naufrajeo llegó escribiendo de póker y lo sacamos en portada. Era un estilo distinto, agresivo, poco convencional, directo. Buscando las entrañas de la historia para llevarlas cocinadas al lector. Bien escritas. Muy bien fotografiadas. 


Pasó el tiempo y pasaron millones de historias hasta que un buen día le dijeron a mi querido Naufrajeo, "deja las máquinas y cuenta lo que ves, lo que sientes, lo que te inspira, lo que quieres compartir". 


Diría, tras casi 35 años de Periodismo, que no hay mayor reto en el oficio.


Naufrajeo cambió entonces la piel, el estilo, la dirección y la náusea. Hizo exactamente lo que hay que hacer. Apretar el culo y empezar a contar historias. Entonces nació nuestro Jose Enrique.


Nunca antes Granada  había sabido de todo el talento que atesoraban esos grupúsculos que no salen ni en el Hola ni en Antena 3, un poner. Esa gente que con talento inmenso hace que Granada sea la potencia cultural que es. En ese lado de la innovación y la creatividad que hace al mismo tiempo que Granada sea Superman y Batman al mismo tiempo, porque algo hay siempre que José Enrique, ya no Naufrajeo, está contando.


Es lo que tiene el trabajo de veras, contar historias, hacer que en Periodismo lo que lleva el sello local no tenga trampa ni compromiso alguno, léase libertad. Es lo que ha hecho este tipo encantador que le llevé, en medio de la pandemia, hace un año, una mascarilla, cuando entonces era un bien tan preciado como una piedra filosofal. El hideputa, con los meses, me devolvió el favor que no era y me regaló un pedazo de cómic de David Bowie. No lloré de la emoción porque soy mayor y llevo tantos años haciéndome el duro. Pero mis lágrimas fueron sinceras. Lo agradecí infinito. 


Luego ha venido lo del premio. ¿Para qué sirven los premios?


Realmente, para nada. Yo lo sé

Mentira.

En este caso proverbial sirven para algo único. 

Reconocen algo majestuoso. Algo inusual. Algo que está dentro de lo que se llama talento. Lo que es nuestra exacta función.


Y, ahora, hablaré de mí.


La Buena Prensa reconoció nuestro trabajo en IDEAL en una cobertura de Talking About Twitter, fuimos finalistas. Y en la siguiente edición ganamos el premio al mejor reportaje.


Así que sé como se siente mi compay José Enrique. 


Los premios de Migue Angel Jimeno son los premios del trabajo diario, los de la excelencia, los que están fuera de los focos del foro madrileño, los que reconocen el Periodismo, el trabajo diario, el trabajo bien hecho.


José Enrique Cabrero ha ganado el premio José Antonio Vidal-Cuadras de La Buena Prensa por una convicción, por contarla, por escribir bien, por recuperar historias perdidas. Podría seguir diciendo cosas bonitas, pero todas se perderían en el momento en que dedicas tu corazón a contar esa historia que sabes que merece una portada.


Aquí tengo que decir que, gracias a Dios tenemos unas jefas que saben reconocer el talento de una buena historia mejora narrada.


Y, de repente, te llega esto de La Buena Prensa. 


Y sé lo que pasa. 


Primero, flipas. Palabra muy poco periodística.


Luego, te vienes arriba


Luego más, te llegan todo tipo de felicitaciones


Entre medias, te abrazas gozoso a tu chica, a tus críos que algo han tenido que ver, y mucho, en todo esto.


Luego, queda un momento sereno, en el que algo te dice que eres periodista.


Pero yo, que es al final lo único que quiero contar en esta historia preciosa, me quedo con lo que me imagino.


Mi Jose Enrique mirando al Cielo, viendo a su querido padre, y diciendo: Gracias.


Va por ti


(*) Sobre José Antonio Vidal-Quadras (**) Sobre La Buena Prensa y Miguel Ángel Jimeno (***) Lee las historias de José Enrique Cabrero en IDEAL





 

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