A propósito del Club de Lectura del Ulises de James Joyce en la Tremenda Librería de la calle Molinos del barrio del Realejo de Granada. Ulises es una novela mítica, compleja, difícil y tremendamente divertida. El único consejo que se puede compartir es que hay que sentarse en nuestro rincón favorito, agarrar con fuerza el tochazo y empezar a leer. Se puede subrayar, apuntar y vomitar. Pero nunca hay que dejar de seguir leyendo, aunque no se entienda, no se comprenda, nos sintamos perdidas, nos dejen las ganas, nos falte la fuerza, desistamos, nos rindamos. ¡No! Hay que seguir, siempre, leyendo. Al final, todo cobra sentido, o no. Es lo de menos. Y es la clave. El Ulises de J. Joyce revoluciona la Literatura por todo esto y por más. Está presente en el nacimiento de la Sociología como ciencia, en el cine de la nouvelle vague de Godard, en la creación de conceptos para comprender al ser humano en sociedad como dejó escrito Marshall McLuhan en Understanding Media "De todos ellos, y fundamentalmente de James Joyce, le fascinaba a Marshall MacLuhan su capacidad de crear mundos llenos de visiones y sonidos discontinuos que exigían del lector una participación activa. De esa consideración surgió su constante recurso a los aforismos que, como él decía, son siempre incompletos y requieren por ello de una profunda participación. No es extraño que un músico como John Cage dijera de McLuhan —que era amigo de Glenn Gould y de Duke Ellington—: "En sus escritos me gusta el modo en que salta de un parágrafo al sucesivo sin un nexo lógico (...) deja un espacio, un intervalo que permite al lector, estimulado, razonar por su propia cuenta". Es solo un comienzo. En el Ulises de James Joyce están también las bases de cómo el cerebro crea y entiende Internet. Y es también un compendio de toda la Literatura hasta su publicación. Y podremos debatir si es la primera Gran Novela Feminista de la Historia, donde la mujer es una mujer y no como hasta entonces se presentaba a la mujer en la Literatura, el Arte y la Sociedad. Para todo esto, hay que leer, y leer y seguir leyendo sin parar. No pasa nada si no lo entiendes -que te aseguro que no lo vas a entender porque ni el mismísimo James Joyce parece que lo entendía-. Solo tienes que leer y llegar desde el "Majestuoso", o "Imponente", que es la primera palabra del Ulises que según cada traducción varía, lo que refleja en buena medida el lío que es esta novela; hasta la última frase: "I will yes", donde trastoca la gramática inglesa como nunca, la gran venganza de un irlandés ante el dominio del Imperio Británico. -Todos somos Leopold Bloom. De Eduardo Lago. A mí me ha encantado. Lo leí asintiendo en cada párrafo y subrayando cada frase de tal forma que al final tuve que emplear media docena de lapiceros de colores para diferenciar entre las explicaciones. Además, está bellamente escrito. Esto es todo por ahora.
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