Lorca según Li

10 de agosto de 2007

Un reportaje multimedia sobre la bailarina granadina Blanca Li, que presenta en el Teatro Generalife de la Alhambra su particular visión sobre "Poeta en Nueva York", de Federico García Lorca.


Es lo mejor de esta tierra.

Es Lorca y es poesía.

Es música y es Tao Gutiérrez. Es hip hop y es flamenco y es jazz.

Es danza y es baile y es coreografía.

Es Blanca Li.

Es la Alhambra y es el Teatro del Generalife.

Es Granada y es Granada y es Granada.

Hay mucho artista a las ocho de la tarde de un viernes de julio en el Teatro del Generalife. Hay muchas razas, muchas etnias, muchas alturas, muchos colores, muchos idiomas. Hay español, hay francés hay inglés y hay por teléfono (todo el mundo lleva el móvil a mano). La novedad es que también lucen su IPod.







Parece, a primera vista, que cada cual va a su aire; leve, pero a su aire. Vano pensamiento. Todo está organizado. Blanca Li habla y, sobre todo, escruta con sus ojos de saber ver. Su hermano saca los carritos de la compra y se lía a percusionar con su banda de tamborileros del siglo XXI.

La tarde es gloriosa. Hace calor pero en el Generalife quema menos.
Los bailarines calientan, se estiran como en la película de los 4 Fantásticos que acaban de estrenar en las pantallas. Luego, se mueven. Se concatenan, se armonizan sin despeinarse.

Al fondo, los intrumentos de cuerda y los teclados desprenden entrecortadas melodías.
Un patrullón de técnicos coloca cables y apura conexiones por tierra, mar y cielo.
No hay nervios, salvo los nuestros. Estamos rodeados por primeras figuras y nos están tratando como si fuéramos de la familia. Se agradece.

Las entrevistas se suceden mientras el ensayo llega a su mejor momento cuando, todos a la vez, recrean uno de los números. Están solos, sin público. Es algo como misterioso.

Cae la tarde. La chicharra, más que celosa, hace más ruido que nunca.
Va entrando el público va creciendo Granada.

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