La Facultad de Periodismo también era en aquellos años ochenta una fábrica de sueños. Tenía compañeros que querían ser enviados especiales, otros querían trabajar en televisión "porque se ganaba mucha pasta", otros querían ser periodistas de investigación en los semanarios que entonces chutaban muy bien, como Tiempo o Cambio16. Otros decían que querían ser ¡novelistas! y otros dedicarse al cine. Esto último también me gustaba, y mucho, a mí.
La situación política estaba lo que se dice realmente cruda, y lógicamente, el periodismo político, partidista y levantisco, atraía a un buen montón de compañeros, llenos de ideas políticas, desde las más conservadoras hasta las más alternativas. También había, y muchos, que eran radicales en extremo. Y todos, eran alentados por la parte del profesorado que comulgaba con los mismos ideales en cada caso.
El futuro para los estudiantes de Periodismo de los años ochenta estaba igual de negro como intuyo que puede estarlo ahora mismo. Recuerdo un profesor que en primero de carrera (curso 85-86) nos dijo a toda la clase, que éramos unos doscientos que "no más de tres iban a trabajar como periodistas". Con un par. Pero tenía razón y hoy es un buen amigo y compañero.
Por aquella época empezó a tomar fuerza la especialidad en Periodismo económico, con la salida de Expansión y la consolidación de Cinco días y la crisis económica y el proceso de desindustralización que había emprendido el Gobierno de Felipe González, así como con los primeros pasos de las fusiones bancarias: Banco Bilbao con el Banco de Vizcaya.
Otra de las salidas que se presentaban como senda de futuro era la inminente aparición, en 1990, de las cadenas privadas. Tele 5 y Antena 3. Y, por fin, además de quedarse en la propia Facultad, un monstruo que seguiría creciendo sin parar, quedaba colocarse como gabinete de prensa, algo que todavía no existía y, como se ha visto, ha fructiferado.
En el medio quedaban los mitos y los héroes. Uno de mis favoritos era el Doctor Hunter S. Thomson, el de Miedo y Asco en Las Vegas (en efecto, ya han hecho una peli). HST es el creador del Periodismo Gonzo pero creo que realmente es el creador de una parte muy importante de la imagen que se tiene en la sociedad de los periodistas.
La noticia es que salvo un par de cositas sueltas que había por ahí, como por ejemplo la excelente recopilación que publicó Ediciones B en el verano de 1995 ‘Lo mejor de Rolling Stone’; por fin podemos leer a nuestro querido HST en castellano.
Anagrama acaba de publicar ‘El escritor gonzo. Cartas de aprendizaje y madurez’, 500 páginas que nos van a servir para volver a los años ochenta, recuperar la ilusión y, quizá con un poco de suerte, iluminarnos e inspirarnos para poder contar historias y que el Periodismo brille con nosotros gracias al magisterio suicida del bueno de HST.
Os dejo con un simple párrafo que me sugiere garra, fuerza, gancho, rabia, rebelión, revolución, desgarro, tripas, corazón, aliento, rapidez, velocidad, turbulencia, locura, juventud, vida...
"Los editores de Deportes me habían dado, además, trescientos dólares en efectivo, la mayoría de los cuales ya me había gastado en drogas extremadamente peligrosas. El maletero del coche parecía un laboratorio portátil del departamento de narcóticos de la policía. Llevábamos dos bolsas de hierba, setenta y cinco bolas de mescalina, cinco hojas de papel secante impregnadas de un potente ácido, un salero medio lleno de coacína y toda una galaxia de multicolores pastillas estimulantes, sedantes, ‘chilladoras’, ‘reidoras’... y también un litro de tequila, otro de ron, una caja de Budweiser, medio litro de éter puro y dos docenas de amilos".
MÁS INFORMACIÓN
.-Según Wikipedia: Periodismo Gonzo
.-‘Gonzo soy yo’, un muy buen artículo de @gabrielawiener
0 comentarios:
Publicar un comentario