Un diario, que es a lo que yo me dedico, en papel y en todas sus mutaciones del ADN y de la piel que ofrece, ya sea Kiosko y Más, ya sea la web ya sea el Facebook, ya sea el Twitter, ya sea... lo que venga por delante, tiene una serie de parámetros sobre los que se construye la gloria y el éxito.
Hoy quiero hablar de las crónicas. Hartos de noticias, de informaciones, de notas, que es como les llamamos... Con los reportajes hipervalorados, las entrevistas de salón, y los artículos de opinión repetitivos y sesgados (hoy estoy dando cera) la crónica aparece como el género con el que contar lo que está sucediendo, lo que le afecta al ciudadano, el género con el que construir un diario, ya sea hablado, escrito, televisado, colgado, tuiteado o feisbuqueado.
Hablamos de la crónica periodística, el Gran Género, la Vieja Dama del Periodismo, donde desde la información y los datos se le adjunta la visión del periodista para contextualizar sin opinar los hechos. Las grandes gestas deportivas y los fracasos, la crónica de música o de un concierto o festival. La crónica de suceso y, por fin, la cronica de tribunales, que Manolo Pedreira está bordando en el periódico y es a su trabajo el que dedico el post de hoy.
Fijaros en los titulares ('La política pierde el juicio') (y en el diseño de las dos dobles páginas, geniales) y en el arranque, en la textualización con los datos, en el pellizco del enganche, en el ritmo de las frases, desde la sencillez:
"Los plenos municipales no siempre acaban cuando se vota el último punto del orden del día. Tampoco los ebates en las comisiones. Ni siquiera las ruedas de prensa de los políticos terminan siempre al levantar los periodistas sus tenderetes, apagar las grabadoras o guardar sus bolígrafos. A veces, seguramente más de las necesarias, el intercambio de pareceres termina en un papel con sello de entrada en el registro y un encabezamiento que reza «Al juzgado que por turno corresponda...». Es la judicialización de la política, la tendenciamás o menos extendida entre los representantes públicos de acudir a los tribunales para resolver sus diferencias, castigar al contrario, captar votantes o, simplemente, ganar espacio en los medios informativos para matar de un tiro todos esos pájaros. «Nos veremos ante el juez», es la coletilla que con escasas variaciones y nula originalidad adornan su actividad esos políticos que olvidan releer cada noche 'EI espíritu de las leyes’, el ensayo de Montesquieu donde se formula la división de poderes consagrada implícitamente en la Constitución del 78. Recurren a los tribunales, ponen en marcha la maquinaria y, en la mayoría de las ocasiones, no llegan a ningún sitio".
Os dejo con una selección de sus trabajos de los últimos dos meses, donde solo la titulación, invierte el viejo adagio de titular historias periodísticas con títulos de películas o de novelas o incluso de sinfonías y ofrece talento y creatividad para que nos copien. Fijaros qué buenos titulares para unas buenas películas:
.-El peligro habita en la casa 319 (Para Alfredo Hitchcock)
.-El friki, los bolos y una rubia sin nombre (Para Pedro Almodóvar)
.-Un padre preso de la desesperación (Para Martin Scorsese)
.-La coartada de la sange (Tarantino)
.-Y un último titular seco, informativo y contundente: "Ocho de cada diez acusados se declaran culpables un minuto antes del jucio"
La crónica de tribunales, la Vieja Dama del Periodismo
30 de julio de 2012
Publicado por PeriodismoalPilPil en 12:24 p. m.
Etiquetas: Crónica, Granada, Ideal, Manolo, Manuel, Pedreira, Periodismo, tribunales
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