Jalaka, Jose Laca, Mi compadre

San Sebastián. Lluvia. Década de los Setenta
Un partido de balonmano
ACTO 1
"Miré por la esquina de mi ojo izquierdo y él ya estaba allí. Me veía sin mirarme. Yo tenía el balón en la mano y amagaba el pase a la derecha pero sabía que él, desde el ala izquierda del ataque, fintaría hacia dentro y se colocaría a menos de tres metros de un pase mío a la izquierda. No nos miraríamos en toda la jugada, ni en el resto del partido. Tampoco en el resto de nuestra vida. Estábamos en cuarto curso de EGB en el patio de arriba de Aldapeta. Marianistas. Y esa conexión que comenzó en aquél instante ha durado hasta hoy, casi cuarenta años después. Siempre nos hemos visto sin necesidad de mirarnos. Siempre hemos estado juntos sin necesidad de vernos.
ACTO 2
Un instante. Y en un latigazo de cintura el gigante defensor vio cómo con una finta elegante y precisa, pero imparable, Jalaka se plantaba a tres metros de mi pase ante la línea del área. Suavemente el balón salió de mi mano y llegó dulcemente a la altura de su medio salto sobre la portería. Gol y a otra cosa. Creo que fue esa vez, cuando volvíamos satisfechos a nuestro campo con el balón entre las redes contrarias, que cruzamos una mirada rápida. Sonreímos. Hasta hoy.
ACTO 3
Bailábamos, siempre, Jimmy Jazz, de los Clash.Jose es mi compadre. Soy el padrino de su hija Marta y él es el padrino de mi Andrés. Hemos vivido juntos y moriremos juntos. Sin ningunda duda. Te quiero, compadre. Va por ti. 'Todo el mundo a bailar!