Soy un tipo con suerte.
En noviembre de 1993, con solo 28 años, el periódico Ideal de Granada reunió a los tipos que ves en la foto y les creó una sección que con el nombre de Suplementos les dejó hacer durante tres años lo que les dio la gana.
Tal cual.
Creamos un suplemento de ocio que se llamó Zarabanda.
Recuerdo que nos pusieron los primeros Mac de la Redacción y nos volvíamos locos con los diseños.
Poníamos páginas en negro con letras blancas y sacábamos tetas, sexos y sobre todas las cosas, mucho rock.
Patrocinamos el Espárrago Rock antes de que se hiciera hiperfamoso y luego muriera por ello y apostamos por el Womad de Peter Gabriel que trajo, agárrate, a Patti Smith y a Van Morrison, cuyo concierto fue el día que cumplí 30 años. ¿Se puede pedir más?
Celebramos el segundo aniversario de la mítica sección Arock con leche en la que escribían probablemente los dos mejores críticos de música de este lado del Mississippi, JJ García y J. Fuentenebro, con un concierto gratuito en el que los 091 cantaron unplugged y nos trajimos a Dr. Feelgood. Lee Brillaux, el homérico cantante moriría meses después. Pero 8.000 personas gritaron Zarabanda a ritmo de rock.
Patrocinamos la gira de despedida de 091 y mandamos a Santi en la furgona con los Cero a cubrirla en plan ‘Viajando con los Stones’. Irrepetible. No estaba mal para unos veinteaños que empezaban a mostrar los espolones y el talento en esto del viejo oficio.
La foto es de noviembre de 1993 y es de Juan Antonio Palma. Está tomada en Pedro Antonio de Alarcón, en la tienda de Puerto.
A la derecha está Santi Sevilla, la pluma más brillante que haya conocido never. Escribía metáforas-metralleta y sus artículos eran como una canción que se te grababa directamente en las meninges. Tenía ritmo.
Ana Munain, agachada, se reveló como el contrapunto ante tanto disparate. Era la única que se había leído toda la poesía publicada en español y tenía una caja de adjetivos mágica que, de vez en cuando, te prestaba.
Carlos Morán se define con una sola frase que dice que puede ver lo que nadie ve y lo convierte en noticia. Y así sigue.
Forcada era el Jefe. Martillo pilón incombustible, inasequible al desaliento, tenía el sentido del humor que brilla con inteligencia y que se reflejó en cada una de las páginas que publicamos. Se lo sigue leyendo todo. Y se nota. Es probablemente el mejor cronista que haya leído never.
Mila pasaba por ahí y se quedó. Lo que también tiene su mérito. Era la primera en llegar y la última en irse. Y no sé si ahora estoy hablando de la Redacción o de los bares de copas. Decía que no sabía titular pero todo lo que ponía debajo del titular que no ponía era Periodismo. Molaba.
El tipo de la izquierda soy yo. 28 años. Recuerdo con gusto que el periódico nos compró dos cajas completas de sprays de todos los colores y con permiso del director de los Escolapios un chaval de 15 años pintó la palabra Zarabanda en el muro. Publicamos tres páginas de cómo se hace un graffiti. Ese chaval de 15 años se convirtió con los años en El Niño de las Pinturas.
Han pasado dos décadas completas y me emociono al vernos.
Todos, seguimos siendo buenos amigos. Algo más que amigos, de hecho.
Gracias.
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