Los descubrí en su web, www.granadataxi.com Y ahí en un vericueto de html tienen una joya que es la recopilación de medio siglo de anécdotas, motes y frases ingeniosas de los taxistas granadinos, los auténticos señores de la noche.
Medio siglo de Taxistorias
De motes, apodos, carreras, asfalto, clientes y anécdotas ocurridas al volante en Granada
De todos es sabido que abogados, médicos, curas y periodistas guardan ‘secreto profesional’. También los taxistas
GRANADA. Dos hermanas de un pueblo de Granada pactan con el taxista el precio del viaje desde Granada. Le piden que espere un poco, que tienen que entrar en el Clínico a por su madre. En efecto, al ratillo, aparecen con ella. La traen cogida por los brazos y le ayudan a entrar en el taxi. Una vez las tres en el asiento trasero, parten de vuelta al pueblo. Por el retrovisor, el taxista mide el silencio. La familia no conversa. Al volante, piensa que lo habrán pasado mal en el hospital. Mediado el viaje, la anciana parece que se marea. Entorna los ojos y entreabre la boca. Las dos hijas le cuidan con una ternura exquisita. Por fin, aparece la localidad. Las dos hermanas le indican al taxista la dirección, que no es otra que el cementerio. Las dos hijas, quizás cortas de dinero, habían decidido ahorrase un caro desplazamiento en coche funerario. Pagan el importe y se despiden de esta guisa:«Usted perdone. Gracias por haber hecho el traslado de nuestra madre muerta».
Esta es una de las cientos, miles, millones de anécdotas que atesoran los taxistas. Un gremio que nace para servir, transportar y callar. «Nosotros, como los curas o los abogados y médicos, también tenemos nuestro ‘secreto profesional’. Entre todos podemos confeccionar un mapa de la infidelidad en Granada, porque sabemos quién va con quién y si son matrimonio o no lo son». Ponen su ejemplo:«Un taxista lleva a un cliente a un club de alterne. Al rato se produce una bronca monumental y el cliente sale totalmente enfurecido. Colérico. Resulta que solicitó los servicios de la mejor señorita y al entrar en la habitación le estaba esperando su mujer». Recuerdan que «el taxista se fue aturdido al vehículo y pensó en los misteriosos caminos del destino de las personas y cómo este cliente buscaba en la calle lo que ya tenía en casa».
Verídicas
Todas estas anécdotas, verídicas, han sido noveladas por Antonio Jesús Centeno Gómez, administrativo de la Gremial del Taxi y también «hijo del cuerpo», como llaman de bromas pero de veras los taxistas a su oficio; es decir, que su padre es o ha sido taxista. Lleva ya escritas una docena, que publica en la página en internet www.granadataxi.com. «Queríamos crear una comunidad dinámica en torno a la web. Un colectivo como el del taxi necesita una web para dar información al taxista y al usuario... Y el apartado de las anécdotas empezó como quien no quiere la cosa. Primero las anécdotas, luego los motes, luego un poco de argot...». Y hay de todo y para todos.
Sobre todo, si se tiene en cuenta que Granada puede lucir al campeón del taxi español, ‘Manolo El Argentino’, 46 años de taxista y se supone que el más antiguo de España en ejercicio. Empezó con 18 y va para 65 años. «Tendría que salir en el Libro Guinness de los Records, dice. No creo que nadie lleve tanto tiempo como yo ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo». Manolo siempre recuerda con ternura el caso de un chico gitano de unos 14 años que le pidió que le acercara a Guadix. «Vengo a llevarme a una gitanillla de 11 años», me explicó. «Llegamos y veo a una chiquilla con su canasta. Pero me dijo que siguiera, que pasara de largo, que la estaban vigilando. ¿Cómo puedo esconderme?, me preguntó. Lo metí en el maletero y al volver a pasar la chiquilla se subió en el taxi. Los dejé en la estación, pues querían ir a Barcelona. Los volví a ver años después, tenían tres chiquillos», y Manolo se sonríe para sus adentros.
La central
La Asociación Gremial del Taxi tiene su sede en el Polígono El Florío. Es un buen espacio, con un edifico en el que tienen las oficinas, el servicio de RadioTaxi y hasta un auditorio donde reciben formación, «desde lo del carné por puntos a manejar un GPS». También hay una buena cafetería, una estación de servicio para repostar, un lavadero de coches y un servicio de taller de mantenimiento y reparación. Es tan completo que los taxistas le llaman «El Pentágono», muy orgullosos de su sede central y lo que demuestra un sentido del humor fuera de serie, que se prodiga en anécdotas, un peculiar argot y toda una retahíla de motes con mayor o menor acierto y con mayor o menor crueldad.
Todos ellos están recogidos en su página en internet y, «como bien indica la ciencia de la ‘taxitología’, van acordes con el carácter de cada compañero». Tienen recogido medio millar de apodos, que Antonio Jesús Centeno Gómez ha ido recogiendo con meticulosidad durante los casi veinte años que lleva como administrativo en ‘El Pentágono’.
Además de los apodos y de las anécdotas, también han elaborado un particular diccionario con el argot de los taxistas granadinos, repleto de chanzas, guiños y metáforas desaforadas en algunos casos pero muy propias del gremio. Al final, si detrás de cada fortuna hay un crimen y de cada persona una historia; detrás de un taxista hay mil. Lo sabe requetebién el presidente, Manuel Cebrián García, tercera generación de taxistas, lo que le remonta hasta la original cooperativa de taxis San Cristóbal del año 1967 y a la actual Asociación Gremial, que fundaron en 1977. «La noche lo cambia todo», sentencia. Y reflexiona en voz alta:«Muchas de las historias no se pueden contar, son algo así como ‘el secreto profesional’ del gremio».
En efecto. Son historias de prostitutas, de cuernos, de infidelidades, de negocios ilegales, de trapos sucios, de delincuentes, de drogas que los taxistas más que viven, padecen. Todas ellas son luego las mejores anécdotas, las más graciosas, las más jugosas, pero aunque hagan sonreír, no tienen mucha gracias. Contemos una. Y entre todos eligen la siguiente:«Una prostituta de ‘alto standing’ que se baja en la Avenida de la Constitución en el edificio Las Pirámides para un servicio. En el camino, se ha puesto sexi y para ello se ha desnudado para enfundarse lencería y minifalda. En un momento dado, señalándose el sexo, ha dicho, en voz alta pero solo para ella: ‘Esto me ha pagado la casa, los estudios de mis hijos y las vacaciones de verano» Es su muy personal e íntima arenga.
Una vez abierta la veda de la anécdota, hay codazos para contar las:«¿Os acordáis de lo que le hicieron a aquel nuevo tan petardo?» Y se parten de risa todos a una. «Le abrieron el capó y le colocaron un yunque descomunal. El tipo se pasó toda una semana, diciendo que ‘el coche le tiraba poco’». «¿Y el otro día que se olvidaron una pierna ortopédica en el maletero? ¿Será normal?». «¿Y cuando subí a dos parejas por la Cuesta del Chapiz, mete baza ‘Juani El Meteoro’, y se dieron cuenta que se estaban poniendo cuernos y las dos hermanas acabaron encima del capó tirándose de los pelos». Y todavía más. «¿Y el que metió en una maleta una cabra y en el maletero se escapó y tuve que parar el taxi?». Se tronchan entre todos.
Porque hay lágrimas pero también hay risas. Como la semana pasada. La escena se desarrolla en una de las paradas de Puerta Real. Son las ocho de la mañana. Se abre el balcón del tercer piso. Sale una mujer despampanante. Su pareja comienza a hacerle el amor. Ante tamaño espectáculo matinal, la parada entera de taxistas rompe en una cerrada ovación. Son las Taxistorias.
Taxistas: Los señores de la noche
2 de marzo de 2010
Publicado por PeriodismoalPilPil en 5:23 p. m.
Etiquetas: Mis historias
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1 comentarios:
sencillamente encantador ;)
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