Periodismo en pelotas
Un mismo reportaje separado por veinte años

7 de agosto de 2011





Hoy, domingo 7 de agosto de 2011 llevamos en la sección V del diario IDEAL (y del resto de regionales de Vocento) un reportaje de Arturo Checa (este es su blog) titulado 'Vacaciones en pelotas'.

Estos reportajes del cuadernillo V van camino de convertirse en clásicos. Son unos reportajes currados, con tiempo, bien escritos, con estilo, bien explicados, bien contados por escribidores pero también por reporteros de talla, que val al lugar abren los ojos y las orejas y aprenden. Luego, te lo ponen por escrito, lo pasan a limpio y a ti te toca leerlo y disfrutarlo.

Van con buenos fotógrafos que trabajan su negocio de igual forma y con el mismo resultado que el escribidor. La apuesta fotográfica de este suplemento diaria es parte fundamental del resultado. Y luego, el diseño, limpio, de los que facilita la lectura y levanta la imagen fotográfica. Y el papel de calidad sobre el que todo queda impreso. Y el color, que en estos casos, es sinónimo de información de calidad.

Si me lo permitís. Ahora viajaremos al pasado. Exactamente hace veinte años. A 1991. Al jueves 11 de julio de 1991. Carlos Morán y Javier Díez Forcada publican también a doble página más la portada del cuadernillo EL MISMO REPORTAJE. Y también es delicioso. Y el resultado es apetecible, y las fotografías son fantásticas. Y la apuesta del diseño.

El cuadernillo de Ideal Verano durante aquella primera mitad de la década de los noventa fue una escuela del mejor reporterismo. Por ahí pasamos y ahí aprendimos a titular, a enfocar, a redactar, a escribir, a contar historias, a maquetar, a diseñar, a pensar, a comprender, a innovar, a transgredir y a bailar 'Hace calor' encima de las mesas de la Redacción justo cuando pasaban los miembros del Consejo de Administración.

Recuerdo a Carlos Morán, al propio Forcada, Antonio Cambril, José Guerrero, Mila Ilundain, Adrián Ausín, Ana Munain, Paco Trujillo, Santi Sevilla, Julia Saiz Pardo y Javier Fuentenerbo y su 'Arock con leche'. Y seguro que me olvido de alguno que otro. Lo importante es que nos hinchamos de Periodismo, de reporterismo, de salir a la calle, a los pueblos, al campo y a las playas a hablar con la gente y a contar las historias que les ocurrían. Podíamos salir el martes y volver el viernes con cuatro o cinco grandes reportajes. Qué buenos tiempos que desaparecieron bajo la sombra de las máquinas y las cuentas.

Por eso, y lo digo con todo mi honor, el reportaje de Arturo Checa en V, y todo lo que están haciendo este puñado de periodistas en Vocento, aquí incluyo a todos ellos, es un ánimo, un aplauso, un brindis, un guiño, un camino para los que solo seremos (y solo queremos ser) periodistas.

Por último, seguirme el juego. Fijaros en todo lo que ha cambiado el Periodismo en el transcurso de estas dos décadas. El mismo tema en el mismo diario y en el mismo grupo de periódicos (el reportaje de 1991 se publicó también entonces en todos los diarios de lo que entonces se llamaba Comecosa, luego Grupo Correo y ahora Vocento).

1.-La apuesta por un tema. Antes las subportadas solían llevar al menos dos temas. Ahora va un tema a toda plana.
2.-Los sumarios de la subportada. Podría decirse que salen los mismos de siempre. En 1991 Marta Sánchez y Jesús Mariñas o Mario Conde y en 2011 la Duquesa de Alba o Celia Villalobos. Deberíamos mirárnoslo.
3.-En 1991 hay publicidad!!!!
4.-Las firmas. Me contó Rosa Jiménez Cano a proposito de la muerte de Julio Alonso (padre) que fue el responsable del Libro de Estilo de El País y que siempre en la Redacción se le guardó un inmenso respeto por lograr que la firma del periodista se colocara arriba en las informaciones; y no debajo. "Porque el periodista es lo más importante dentro de un periódico". Aquí vemos la evolución, la firma abajo en 1991 y la firma arriba y con foto de Arturo Checa.
5.-En 1991 hay profusión de elementos tipográficos: cintillos, iconos, recuadros, capitulares, entradillas king size frente a la profusa línea clara que nos ocupa veinte años después donde la tipografía se presenta liviana, que parece que se cae de la página.
6.-Las fotos. En 2011 han conseguido unas fotos de matrícula. En 12991 quiero recordar que nos bastaba con ser capaces de poder mostrar medio culo y un pecho. Era la intención. Sería la revolución en las páginas d eIDEAL. (Y lo fue). El director, Melchor, decía, "no me saquéis más de una teta al mes". Y nos partíamos de risa.
7.-Queda lo más importante de todo. Los enfoques, el estilo periodístico y los equipos que hay detrás de estos trabajos. Nada ha cambiado y sio lo ha hecho, diría que hemos mejorado.
8.-Y mi conclusión. La magia del Periodismo, en su mejor versión, como en estos dos casos, nos permite afirmar, sin temor a equivocarnos, que podríamos haber publicado hoy en 2011 el texto de Javier Díez Forcada sin problemas. De la misma forma que podríamos haber publicado, si acaso fuera posible, el reportaje de Arturo Checa hace veinte años. ¿Por qué? Por sus dotes periodísticas, por huir de los lugares comunes, de los chascarrillos, del cotilleo seboso y del chiste gordo. Por soplar la hojarasca y quedarse con el afán, el trasunto, la idea, las caras, las palabras, los pensamientos, las personas, sus historias.

Y Olé.

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El reportaje de J. D: Forcada, en 1991

En hotel, naturalmente

La provincia de Almería cuenta, desde hace dos años, con un peculiar hotel: sus clientes evolucionan por los interiores y exteriores completa y obligatoriamente desnudos. El Vera Playa Club, el único hotel naturista de España, está ubicado en una zona del litoral almeriense -el término municipal de Vera- tomada por los nudistas mucho antes de que esta práctica fuera permitida por Orden Ministerial. Olvidadas por la vorágine constructiva que se ha comido nuestras costas, sus enormes playas de fina arena son consideradas un paraíso por los cada vez más numerosos amantesdel bronceado integral en íntimo contacto con la naturaleza. Las 282 habitaciones del Vera Playa Club no son una excepción y están solicitadas durante todo el año por nudistas patrios y foráneos. El éxito ha sido tal que ya se ha proyectado la construcción de otro muy cerca de éste.

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Habitaciones `con vistas'

Un joven matrimonio teutón y su albino vástago atraviesan la puerta de salida del 'snackbar' completamente desnudos. Sin duda, el nivel de vida español ha subido mucho en los últimos años, pero no tanto como para `desplumar' al turista al tercer trago. Además, el trío en cuestión no muestra la menor preocupación y se dirije, sonriente y con toda naturalidad.

!Aquí da gusto trabajar!», A conflesa un casa la oayera por laRnesas del snak, repleto de
clientes en cueros vivos. «Al
I ""'ci~
¡o la cosa estaba un poco
rura» ironiza otro empleado,
quien, después de dos años viéndolos
de cerca, ha terminado por
hacerse adepto de la causa naturista.
«Era como un sueíio, pero
a todo se acostumbra uno», asegura.
«Esencialmente esto es una
forma más de disfrutar de las
vacaciones», explica Joaquín Pérez
Capel, director del único hotel
nudista de España. «Indudablemente
es una forma un tanto
especial, pero lo que sí podemos
garantizar es que el que prueba
repite», asegura tajantemente.
Para avalar su rotunda garantía,
el señor Pérez Capel echa mano
de una curiosa anécdota. Una
madura parejita de turistas ingleses
que recorría España de sur
a norte se acercó al hotel con
ánimo de pernoctar y seguir ruta.
El recepcionista del Vera Playa
Club les advirtió convenientemente
que éste no era un hotel
como los demás. «Al principio
dudaron, pero pronto propruso
ella. '¿Nos hacemos naturistas
por un día?'», recuerda el director
del hotel. «Pasaron aquella
noche y unas cuantas más. Son
aquellos», señala el señor Pérez
Capel a dos ancianos plácidamente
tumbados al fondo de la
piscina y, naturalmente, desnudos.
Paraíso nudista
El hall del hotel Vera Playa
hacia la zona de baño y solarium. Allí, un
centenar de personas, de todas las edades y
procedencias, toman el sol y chapotean en la
piscina todos con idéntico traje de baño: el que
traían puesto cuando llegaron a este mundo.
Son los clientes del único hotel naturista de
España -el Vera Playa Club- situado en la
localidad almeriense de Vera. Los numerosos
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-411
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Los clientes del único hotel naturista de España disfrutan
de todos sus servicios muy ligeritos de ropa.
Club es un hormiguero de gentes
que pasan de las habitaciones a
la piscina o de la piscina al bar,
que hablan por teléfono -en inglés,
francés, alemán y castellano-
en la cabina, que cambian
dinero en recepción... Todo trascurre
como en cualquier otro hotel,
excluida la particularidad de
que la mayoría de ellos van completamente
desnudos o cubiertos
con un liviano pareo.
«¿Precauciones con los empleados?
¡Sí, a los nuevos les
ponemos gafas negras!», bromea
el director . La obligatoriedad de
la práctica del nudismo acaba en
los clientes; los empleados, sin
embargo, se mueven entre ellos
impecablemente embutidos en su
JAVIER DIEZ
naturistas que, verano tras verano, se acercan
hasta esta zona del litoral almeriense para
practicar el nudismo en campings oficiales o en
acampada libre, desde hace dos años aproximadamente
ya pueden hacerlo `a cuerpo de
rey' en alguna de las 282 habitaciones de un
hotel de tres estrellas. `A cuerpo desnudo de
rey', más concretamente.
VERA PLAYA CLUB
habitual indumentaria de trabajo
. «Es que si fueran desnudos,
¿dónde iban a guardar las propinas?
», sigue con la broma el señor
Pérez Cape¡.
Pero el hotel naturista que dignamente
dirige no es ninguna
broma y el respetuoso servicio a
los clientes se observa escrupulosamente.
«Por supuesto, nunca
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ha habido ningún problema con
nuestros empleados. Todos ellos
son profesionales que siguen
cursos deformación en la propia
escuela de la cadena hotelera
para conseguir la máxima calidad
de servicio y que el cliente
se sienta como en su propia casa
», explica ya con semblante serio.
Para prevenir cualquier problema
que pueda venir de fuera,
el hotel también cuenta con personal
de seguridad especializado
que muy discretamente vela porque
la plácida estancia del cliente
no se vea alterada con la indiscreta
mirada del, voyeur de turno.
Las cámaras de fotos y los
vídeos son poco menos que objetos-
tabú. Y si alguien atraviesa
la entrada del establecimiento
con claros síntomas de embriaguez
carnal, se acercarán a él
para invitarle amablemente a
abandonar la estancia .
Como todo, el nudismo del hotel
también tiene sus límites y,
así, existen zonas de nudismo
obligado -la piscina y el solarium-,
otras de nudismo prohibido
-restaurante- y unas terceras
-el resto- en las que el
cliente puede ir desnudo o no,
según le plazca. «El que quiera
ir desnudo al bar tiene que poner
una toalla entre el trasero y la
silla», explica el señor Pérez Capel.
«Por cuestión de higiene
más que otra cosa.. . » También
existe un límite horario: a partir
de las nueve de la noche nadie
puede ir desnudo.

El único hotel naturista de
España está enclavado en el término
municipal de Vera, una 1ocalidad
almeriense cuyo ayuntamiento
está gobernado por un
alcalde socialista/naturista que
ha convertido en «Playa Exclusivamente
Nudista» a cinco de
los quince kilómetros de su mayor
playa, El Playazo. Los inmensos
arenales y la escasa urbanización
convirtieron hace
muchos años a esta zona del litoral
almeriense en un paraíso
nudista . Aquí, sus numerosos
adeptos -patrios y foráneostostaban
íntegramente sus cuerpos
bajo. el sol incluso antes de
que se publicara en el BOE la
Orden Ministerial de 1978 que
legalizaba esta práctica.
El apartamento, el camping
nudista oficial -también dirigido
por el propio Joaquín Pérez
Capel- o la acampada libre
eran, hasta la inauguración del
Vera Playa Club, las tres únicas
modalidades posibles para la
práctica del nudismo. Desde hace
dos años, con los múltiples
servicios que ofrece el establecimiento,
los amantes del nudismo
pueden practicarlo ya a
cuerpo de rey. Aunque, eso sí, a
cuerpo obligatoriamente desnudo.
«El hotel no podría haberse
construido en otro sitio. Todo
fueron facilidades; y los permisos
municipales se convirtieron
casi en un mero trámite», asegura
su director. La zona contaba
incluso con una impecable
infraestructura mental de los
vecinos de Vera -sólidamente
cimentada a base de años y años
de convivencia pacífica con los
nudistas- que no han mostrado
la más mínima oposición . O al
menos la gran mayoria de ellos,
porque una enlutada anciana
que se soleaba en la plaza del
ayuntamiento aseguraba enérgicamente
que «yo ya sé en qué
partes del cuerpo de esas pelanduscas
habría que clavar cada
una de las tres estrellas de ese
hotel». Siempre hay traperas
excepciones .

Javier DIEZ FORCADA
VERA (Almería).
Enviado Especial

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