Una vez leí una minientrevista a Carlos Herrera, el periodista eterno que sobre todo hay que leer cuando habla de la buena mesa que uno encuentra en sus viajes por España. Le preguntaban cuáles eran sus sensaciones favoritas.
Recuerdo que hablaba de pescado frito en Andalucía, donde se combina el salitre del Mediterráneo y del Atlántico con el sabor amargo del aceite de Tierra Adentro, de Jaén y Córdoba, que convierte el pescado en pescaíto. Y eso es alquimia.
Recuerdo que hablaba de unos puros habanos que se consumen como la vida, lentamente y con ideas, con amigos y conversaciones.
Y recuerdo también que el placer máximo para Carlos Herrera era abrir un jamón. Preparar el cuchillo, el trapo, el plato, el vino que lo acompaña, el pan cortado... pero sobre todo, había que preparar el olfato para ir calando por dentro el jamón. Por dentro me refiero por dentro de la nariz. Los ojos para ver las vetas y ordenar al cuchillo el camino que trace para lonchear. El gusto para saborear el momento, más que el propio jamón.
Es un concepto. Abrir un jamón como el máximo de los placeres gastronómicos, solo comparable a lo que supone abrir una caja de tomates SoloRaf, cuando aparecen pequeños, duros, retorcidos de gusto, sabrosos al partirlos, sexis cuando se dejan cubrir de aceite virgen extra, picarones cuando reciben el pellizco de sal. Un orgasmo en la boca. Es sexo oral. Jamón de la Alpujarra y tomate de Almería. No te los pierdas.RECOMENDACIÓN
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Si los compras por Internet son más baratos.
.-Para el jamón
En la Alpujarra de Granada. Te recomiendo que hables con Mari José Cara. En Twitter es @Trevelez y su web es Jamonesdospuntocero
.-Para los tomates
Almería es la tierra del tomate Raf. Habla con Juan Pablo Seijo. En Twitter es @Juanpi. La web es Soloraf
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